En México, existe una conexión crucial entre el trabajo y la vejez que viene relacionada con el contexto de transformación demográfica y económica del país. Y a medida que la esperanza de vida aumenta y las tasas de natalidad disminuyen, las poblaciones envejecen rápidamente, lo que plantea desafíos considerables en términos de sostenibilidad económica y social.
El envejecimiento de la población es un proceso global que se acelera con rapidez. Según las Naciones Unidas, en 2020 había más de 727 millones de personas de 65 años o más en todo el mundo, y se espera que esta cifra se duplique para 2050, alcanzando los 1,5 mil millones. Este cambio demográfico plantea desafíos significativos para los mercados laborales, ya que una población envejecida puede resultar en una disminución de la fuerza laboral activa y un aumento en la demanda de servicios de salud y pensiones.
Uno de los principales problemas asociados con el envejecimiento de la población es la sostenibilidad de los sistemas de pensiones. En muchos países, los sistemas de pensiones se financian a través de las contribuciones de los trabajadores activos, pero a medida que la proporción de personas mayores aumenta en relación con la población trabajadora, estos sistemas enfrentan presiones considerables. (Comisión Europea, 2020)
La participación de los trabajadores mayores en la fuerza laboral varía significativamente entre países. En Japón, un país con una de las poblaciones más envejecidas del mundo, el 44% de las personas de 65 a 69 años estaban empleadas. Por otro lado, en países como Italia y Grecia, las tasas de empleo para este grupo de edad son mucho más bajas, rondando el 20%.
En América Latina, la situación es diversa. En Chile, por ejemplo, la tasa de participación laboral de las personas mayores de 65 años es del 29,4%, una de las más altas de la región. Sin embargo, en países como México y Argentina, estas tasas son notablemente menores, reflejando diferencias en los sistemas de pensiones y en la estructura del mercado laboral.
Edad de jubilación: Es cuando una persona puede dejar de trabajar y comenzar a recibir una pensión completa. En respuesta al envejecimiento de la población, muchos países han aumentado o están en proceso de aumentar la edad de jubilación. Por ejemplo, Alemania ha decidido aumentar la edad de jubilación de 65 a 67 años para 2029.
Envejecimiento activo: Es un concepto promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Implicando fomentar la inclusión de los mayores en lo laboral, valorando su experiencia y conocimientos.
Edadismo: Se refiere a la discriminación o prejuicio contra personas por su edad. Este fenómeno afecta especialmente a los trabajadores mayores, limitando sus oportunidades laborales y su desarrollo profesional.
Diferentes países han adoptado políticas para enfrentar los desafíos asociados con el envejecimiento de la población y promover la inclusión de las personas mayores en el mercado laboral. En Suecia, por ejemplo, se han implementado incentivos fiscales para las empresas que contratan a trabajadores mayores, así como programas de formación continua para mejorar la empleabilidad de estos trabajadores. En Japón, el gobierno ha promovido la prolongación de la vida laboral mediante el aumento gradual de la edad de jubilación y el fomento del reempleo para aquellos que han alcanzado la edad de jubilación, pero desean seguir trabajando.
En América Latina, algunos países están comenzando a implementar políticas similares. En Chile, el gobierno ha promovido programas de capacitación para personas mayores, buscando mejorar sus habilidades y su competitividad en el mercado laboral. (Banco Mundial, 2021).
Los derechos y el bienestar de las personas mayores de 65 años deben ser prioritarios en los esfuerzos por lograr un futuro sostenible, ya que, según las previsiones de la ONU, el número de personas mayores de 65 años se habrá más que duplicado a mediados de siglo. El informe Social Mundial de 2023 pide acciones concretas para ayudar a la población mundial, que envejece a medida que aumentan los costos de las pensiones y la atención médica.
El estudio publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA) afirma que, aunque el envejecimiento de la población es una tendencia mundial definitoria en la actualidad, los países pueden obtener beneficios al brindar a todos la oportunidad de envejecer con una buena salud y promoviendo la igualdad de oportunidades desde el nacimiento. (ONU, 2023).



El aumento de la esperanza de vida en el mundo refleja una mejora general de la salud. No obstante, el reporte indica disparidades en nuestro mundo envejecido, ya que no todos han obtenido los mismos beneficios de las mejoras de salud y educación que están impulsando esta transformación. A pesar de que muchas personas mayores tienen una buena salud o son “económicamente activas” otras viven con enfermedades o en pobreza. (ONU, 2023).
